La mujer “multitasking” o multitareas, que yo llamo “mujer maravilla”, es la mujer que unos admiran y otros no aprecian su alto valor. Los esfuerzos por liberar a la mujer han logrado que ella se atreva a desarrollar sus capacidades al máximo. El problema está en que la mujer se ha convertido en esclava de su propia liberación. Trabaja fuera, llega a la casa y sigue trabajando. Nunca termina.
Con ligeras excepciones, esta es la interminable agenda de la mujer “maravilla”: Prepara desayunos, lleva a sus hijos a la escuela o al cuido (prepara las meriendas y tal vez
los almuerzos; si tiene un bebé, la preparación es más complicada). Trabaja un mínimo de ocho horas fuera del hogarBusca a sus hijos por la tarde, cocina la cena, ayuda a sus hijos en las tareas. Compra y consigue los materiales que sus hijos necesitan para la escuela (libros y cuadernos a principios del curso y un sinfín de misceláneas el resto del año). Lleva a sus hijos a reuniones de proyectos, fiestas, actividades escolares, casas de los amigos, pediatra, cortes de pelo, médicos, dentistas… Escoge y compra la ropa de sus hijos y posiblemente la del esposo. Compra los víveres, lleva a los hijos a los juegos si son deportistas, recuerda y coordina los cumpleaños de sus hijos y esposo, y coordina lo relacionado a las fiestas de cumpleaños donde sus hijos son invitados. Organiza el tiempo y los detalles de las actividades de todos en la casa. Oye las quejas, penas y alegrías de todos y se hace responsable, voluntariamente, de cambiar el llanto en risa. Resuelve imprevistos, emergencias y otras situaciones del hogar
Limpia la casa y lava la ropa o la lleva a la lavandería. Lleva un registro mental de qué le hace falta a cada quien en su casa y saca tiempo para conseguirlo; vigila las ventas especiales, lo cual la pone a correr de vez en cuando. Coordina y va a sus actividades profesionales si las tiene, y hace arreglos para que su hogar funcione mientras tanto
Coordina sus salidas de pareja (cuido de los hijos, reservaciones si se necesitan, etc.). Atiende a su esposo (Estas son múltiples tareas en múltiples roles: coordinadora, amiga, esposa, secretaria, enfermera, asistente, consejera, amante. Requieren mucha energía física, emocional e intelectual). Sirve de consejera a las amigas. Estas actividades anteriores se refieren a la familia inmediata. No incluyen la interacción de la familia extendida como los padres, hermanos y otros, ni la participación en
organizaciones cívicas.
Si la mujer “maravilla” no tiene pareja, las circunstancias la obligan a multiplicarse y su única alternativa es establecer prioridades. Sin embargo, cuando la mujer “maravilla” tiene la pareja adecuada, su esclavitud podría ser autoimpuesta porque en la mayoría de los casos ella ni siquiera procura colaboración. El esposo puede ser buenísimo, pero la comodidad no le molesta. Con su conducta, ella convence a su familia de que todo es su responsabilidad y que ella es la única que sabe hacerlo, de manera que no necesita ayuda y tampoco la pide.
Se manipula a sí misma bajo el lema de “soy extraordinaria, todo lo hago bien, soy indispensable” y se siente orgullosa. Pero le dan unos ataques de ira repentinos que nadie entiende. Tiene días que no hay quien la soporte. Le echa la culpa al esposo y a los hijos por su carga excesiva, sin darse cuenta de que ella la propició. Otros días llora por el exceso de presión, se siente sola, o se siente tan abrumada que no puede ni pensar. Su agotamiento es físico, mental y emocional. Su familia se acostumbra a lo que ella hace por amor y se lo exige como obligación. Entonces mujer “maravilla” se siente esclava de su propia liberación.
Mujer “maravilla”, empieza por dejar atrás tus ínfulas de mujer perfecta en multitareas y busca tu verdadera liberación. ¡Aprende a pedir, aceptar y a organizar ayuda! Los tuyos y tú serán más felices.