Las mujeres tenemos un sexto sentido. Lo puedes llamar “intuición”, “corazonada”, “voz interior”. Cada religión y creencia filosófica le llama diferente, pero ese don existe. Lo echamos a perder cuando no lo escuchamos o lo descartamos sin siquiera considerarlo. Permitimos que intervengan el intelecto, los hechos y la aprobación de los demás porque tal vez contradicen lo que sentimos o presentimos. Sin embargo, ¿cuántas veces te hubiera convenido más seguir tu intuición, hacer lo primero que sentiste que era mejor para ti? ¿Te ha pasado que quieres actuar según tu intuición y te preguntas cómo lo vas a explicar a otros? ¿Te avergüenzas porque piensas que la intuición es solamente espiritual y los demás no la validan ni la entienden?
La intuición no ha escapado a los estudios científicos; así de poderosa es. Un estudio publicado en el British Journal of Psychology la definió como lo que ocurre cuando el
cerebro busca entre las experiencias pasadas y las señales externas para tomar una decisión, pero el proceso ocurre tan rápido que la reacción es a nivel inconsciente. Según la Dra. Judith Orloff, MD, profesora de Psiquiatría de la Universidad de California en Los Angeles, hay neurotransmisores que responden a estímulos del ambiente y a emociones, y no solamente ante experiencias pasadas. Cuando esos transmisores se activan, se sienten mariposas en el estómago e incomodidad. El estómago envía señales al cerebro, que juega el rol principal en la intuición.
A las mujeres se les alienta a ser receptivas a su voz interior y desarrollan más su intuición. A las chicas se les elogia por ser sensitivas, mientras a los varones se les exige ser más lineales en su pensamiento, en vez de escuchar sus sentimientos. Otras investigaciones confirman que nosotras las mujeres sí tenemos habilidad psíquica para discernir los sentimientos de otros y lo que están pensando. Las mujeres somos mejores que los hombres leyendo las emociones de las expresiones faciales. Por eso percibimos más los mensajes emocionales sutiles de los demás.
Hay evidencia también de que las mujeres somos más empáticas y más receptivas a los mensajes emocionales de otros. Eso añade a nuestra especial habilidad de intuir lo que otros piensan y sienten. Aparte de todo ese equipo emocional y fisiológico que tenemos para ser intuitivas, hay un factor evolutivo. Ya que históricamente hemos tenido un poder social inferior, aprendimos por generaciones a invertir más tiempo observando y escudriñando a aquellos con mayor poder, como los hombres, y nos acostumbramos a descifrar sus códigos. La intuición femenina es real y está llena de poder. Es una habilidad certera si la sabemos activar, reconocer y cultivar, y confiamos en ella para guiar nuestras vidas. La intuición
incluye:
- Tu capacidad de leerte y leer a los demás
- Estar en contacto con tu sabiduría superior
- Presentir situaciones antes de que ocurran, mientras ocurren o si han ocurrido
- Escuchar tu voz interior advirtiéndote algo
- Discernir que algo te conviene o no te conviene
En ocasiones, tu intuición parece contradecir los hechos a tu alrededor, pero…
- No descartes lo primero que intuyas.
- Medita en tu intuición y piensa en las consecuencias si la sigues.
- Observa si te sientes en paz y si tu cuerpo se siente bien cuando piensas en lo que te
dicta la intuición.
Esos son los principales indicios de que tu intuición está en lo correcto.