Antes de nacer, ¡ya los bebés conocen su mundo!

Los gemelos boxean, se patean, se besan y juegan dentro de la barriga materna. Se les ha observado mediante pruebas especializadas, según el doctor David Chamberlain, miembro de la Asociación para la Psicología y la Salud Prenatal y Perinatal.  Los investigadores lo interpretan como la necesidad de contacto físico desde esa temprana etapa de la vida.

Hace menos de 20 años no se creía en que los fetos podían escuchar o sentir lo que ocurría fuera del útero. A las que creyéramos eso, nos miraban como si habláramos de fenómenos metafísicos o paranormales. Ya se sabe que la agudeza sensorial de los fetos es tan real, que la oportunidad de establecer los vínculos parentales empieza desde la concepción.

Se ha visto que los fetos se desarrollan más rápidamente de lo que se pensaba. Al segundo mes de embarazo están muy activos, desarrollando un sistema sensorial que los hace sensibles u capaces de responder a estímulos. Se pueden ver interactuando, aprendiendo y reaccionando a las voces, a los cuentos, a la música y a los juegos con sus padres. Responden de manera diferente a los tipos de música y demuestran emociones fuertes;  incluso asumen posiciones relacionadas con el llanto. Sus sentidos son tan agudos que cuando nacen ya han aprendido fonemas, leen labios e interpretan las expresiones faciales.

En vez de cinco sentidos, los fetos tienen doce sentidos:

• tacto
• sensación termal de calor y frío
• sensación de dolor
• audición a las 14 semanas
• balance y orientación de espacio entre 7 a 12 semanas
• olfato
• gusto
• uso de la boca para explorar texturas, dureza y contorno
• chupar
• lamer

Son clarividentes y tienen sensaciones telepáticas con los padres, estén cerca o lejos.

Pueden tener experiencias trascendentales como las de salir del cuerpo y sensaciones cercanas a la muerte.

También saben desde el útero si los quieren o los rechazan, y disciernen la disposición emocional y el carácter de los que los rodean. El bebé puede nacer con una respuesta de miedo ante las voces y el ambiente, de acuerdo a lo que haya percibido desde el vientre de su madre.

El alcance de la vida intrauterina es poderoso y determinante. La doctora Barbara Findeisten, reconocida mundialmente como experta en el impacto psicológico prenatal y de nacimiento, defiende que las experiencias de antes y durante el nacimiento forman la mente y las emociones. La neurociencia corrobora que el cuerpo imprime a nivel neural  todo lo que ocurre en el vientre y fuera de él, y hace una plantilla o “template” que moldea  lo que pensamos y sentimos sobre nosotros y el mundo que nos rodea. Con esta base, Findeisten desarrolló terapias específicas para disfunciones psicológicas. Las mismas llegan al fondo de las experiencias uterinas y natales de los individuos  para encontrar las causas de sus problemas, tratarlos y resolverlos.

Cuando sabemos que absolutamente todo, dentro y fuera del cuerpo de mamá, influye en la formación física y  psicológica del bebé, entendemos la importancia de los cuidados físicos y emocionales de mamá y de la calidad de su relación con papá. Ambos pueden entretenerse creando el vínculo de amor que el bebé imprimirá antes de nacer y que le dará la seguridad emocional que necesita.