Acepta los elogios con una sonrisa y “gracias”
Dec 13, 2024![](https://kajabi-storefronts-production.kajabi-cdn.com/kajabi-storefronts-production/file-uploads/blogs/2147883202/images/3a77111-5c24-17a3-4ac3-e0fa8e74260_Disen_o_sin_ti_tulo_1_.jpg)
Los seres humanos nos complicamos la vida con lo más simple. Si no crees esto, te pregunto: ¿cómo respondes a los halagos, con un breve y asertivo “Gracias”? ¿O no encuentras qué decir y te decides por montar un “show” de modestia? He notado en muchas personas lo mismo: una dificultad de recibir los elogios con simpleza. Se enredan en explicaciones innecesarias, necesitan justificarlo y hasta se preguntan si les están diciendo la verdad.
Solamente una tercera parte de las personas que reciben un elogio lo aceptan simplemente con un “gracias”. El lingüista Robert Herbert encontró, según publicado en la revista Psychology Today, que la dificultad en recibir y aceptar un elogio se debe a que este tiene 2 componentes: uno de regalo (que se acepta o se rechaza) y un componente de contenido (que requiere estar de acuerdo o en desacuerdo). El que recibe el elogio se enfrenta al dilema de reaccionar simultáneamente a ambos componentes. La gente piensa que debe estar de acuerdo con el halago y agradecerlo, pero evitando lucir arrogante.
Las mujeres tenemos fama de no saber recibir halagos ni reaccionar bien a ellos, pero no es el sexo del elogiado lo que hace la diferencia. Lo que más influye en cómo se contesta un elogio es si viene de un hombre o de una mujer. A mujeres y a hombres se les hace más fácil recibir y aceptar un elogio si viene de un hombre que si viene de una mujer. Cuando un hombre le dice a una mujer, por ejemplo, que lleva un bonito vestido, la mujer es propensa a decirle: “Muchas gracias, me lo regalaron”. Si se lo dice una mujer, le cuenta la historia completa de la venta especial donde compró el traje y le añade que ni siquiera es de su color favorito. Eso menosprecia el elogio, invalida a quien lo dijo y hasta lo hace sentir mal. Otras personas contestan con preguntas como: “¿De veras lo crees?” o restando importancia al objeto con un “Fíjate, no me gusta tanto”.
No te compliques la vida. Recibe los halagos como regalos. La mejor respuesta a un halago es la más simple: mira a los ojos al que te elogia, sonríe y dile “Gracias”.
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