Los detalles son la esencia del amor

Dios y yo sembramos un huerto con dos semillas que Él me regaló.

Con Su ayuda regué la tierra, y con mi amor no escatimé los detalles que Dios me inspiró para que mis semillas crecieran con sus tallos derechitos y un verdor hermoso.

Hubo tiempos fuertes, pero dudar de la obra y el propósito de Dios en mis amadas plantas nunca se anidó en mi corazón, ni en mi mente ni en mi espíritu.

En Dios se cree de manera testaruda. De Dios jamás se duda. Es el Dios de los detalles y de las promesas cumplidas.

Los detalles grandes y pequeños me dieron el éxito. Ese también es el éxito de mis retoños.

En días pasados hablé con mis hijos.

Mi hija está coordinando la celebración de los 40 años de su esposo. Tiene en cuenta cada detalle que puede hacerle feliz a él, lo que le gusta y lo que disfruta. Le pregunta y lo que él no responde, ella lo adivina. Siembra detalles con frecuencia… y cosecha detalles de parte de él cuando corresponde.

Mi hijo me contó que su esposa le dio la sorpresa de llevarlo a un lugar idílico para su cumpleaños número 30, y consiguió boletos para un musical que él había mencionado. Es la cosecha de alguien que acostumbra sorprenderla, y recordar los comentarios que ella lanza al aire.

Me llenan de paz los detalles que observo, el interés mutuo por conocerse, por complacerse. Ninguna fecha pasa desapercibida. Ningún sueño se pasa por alto. Uno vela por los sueños del otro, y hay una alianza tácita de hacerlo realidad cuando se hace posible… o se propicia la posibilidad para realizarlo. En común acuerdo. Con visión y con intención. Con amor. Sin perder oportunidad. Sin perder detalle.